La ficha personal de Eugenio Bassino dice que nació el 27 de abril de 1918. Se puede completar con que llegó de Chacarita, que jugó 131 partidos y convirtió 74 goles.
Para dotarlo de una mayor precisión, su debut con la camiseta Verdinegra se produjo en la segunda fecha del Campeonato de 2ª División, en Pampa y Miñones, la casa de Excursionistas que ganó 2a1, el 5 de abril de 1941.
En la épica del goleador, que forma parte del top ten en Chicago, se destaca en la potencia de su remate que lo hacía temerario ante los arqueros adversarios. Y aquella pelota dolía de verdad. El primero de sus goles lo convirtió en su cuarto partido, a Colegiales y el último a Unión antes de irse en 1944.
Sin embargo, el dato más relevante sobre Eugenio Bassino lo tiene como capitán del equipo. En partido en que tomó una decisión determinante, poco común en la historia del fútbol. Argentino de Quilmes recibió a Nueva Chicago por la vigésima fecha y el encuentro dirigido por José Schaatz. La primera parte terminó igualada en un gol, abrió el marcador Ceballos para Chicago y empató Di Grandi. Hasta ahí una situación normal.
Quizá también lo sea que El Mate anotara tres tantos en quince minutos. Se puede enmarcar en un gran momento de un equipo y pésimo del rival. Descontó Almará y un nuevo tanto del local. El marcador al momento de la suspensión definitiva por falta de luz, a los 30 minutos, era Argentino de Quilmes 5 Chicago 2.
Sin más vueltas, el dato sobresaliente de Eugenio Bassino es haberse plantado frente al árbitro para pedirle que expulsara a un propio ¿compañero? Que no estaba poniendo en la cancha lo que hacía falta. Posteriormente una sanción al jugador involucrado de parte de AFA, le dio la razón. Esa tarde vistieron la verdinegra: Campoccia; Menéndez y Carbonell; Almará, López y Castellanos; Luchetti, Gumilla, Ceballos, Bassino y Ricardini.
✍️ Julio Cordara.