Los viejos hinchas nunca lo olvidaron. Todavía se recuerda, cuando en los primeros tiempos, recién llegado de su ciudad natal, se instaló en la pensión de la avenida Alberdi listo para cumplir y luchar para lograr el objetivo fijado: El ascenso al Nacional “B”. Bajo el afecto maternal de “Pocha” y sumado a un grupo de jóvenes llenos de ilusiones, dejo su sello marcado en el partido presentación. Obtuvo un gol y la revista “Solo Futbol” lo destaco como la figura del encuentro.
Aunque su documento dice Carlos Daniel Fernández y los íntimos lo llaman Daniel, para todos es “Cubanito” (incluido su familia). Oriundo de Necochea, nació el 5 de septiembre de 1963 y tiene dos hijos (Juani y Pía). Deportivamente se inició en el Club Ministerio de Quequén y tras pasar por Estación Quequén y Huracán de Tres Arroyos, en 1991 y por recomendación del técnico Hugo Zerr, arribo a Nueva Chicago. Su debut fue el 28 de julio de 1990 ante Arsenal (1-1) y el equipo formo con C. Cochela; N. Rosane, F. Almirón, M. Marcelo, G. Conte; D. Maurín (luego C. Casteluccio), G. Chacoma, E. Grecco, D. Fernández; J. Rivas (luego H. Sánchez) y G. González. Totalizo 155 partidos, marcó 17 goles y fue 6 veces expulsado. Luego de cumplir destacadas actuaciones, prosiguió su carrera en Gimnasia y Tiro de Salta y San Martin de San Juan. Volante por derecha y con permanente recorrido por su lateral, fue uno de esos jugadores que dejaron recuerdos muy gratos a su paso por el club. Bien merecido tiene un lugar estelar dentro de la historia de Nueva Chicago.
✍️ Daniel Mastroianni